Smart Manufacturing: ¿Qué es y cómo alcanzarla?

Smart Manufacturing es un término que ya se ha asentado entre las industrias más avanzadas. Conocer sus bases debe ser una obligación para los responsables de producción y, por ello, hemos traído este resumen de lo que significa este concepto, de lo que supone para quienes lo asimilan y cómo conseguir incluirlo en tu fábrica.

¿Qué es Smart Manufacturing?

Smart Facturing es el conjunto de sistemas de fabricación colaborativos y totalmente integrados que responden en tiempo real para satisfacer las demandas y condiciones cambiantes en la fábrica, en la red de suministro y en las necesidades del cliente. Definición del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST).

Aunque si navegamos por la bibliografía, podemos encontrar muchas más definiciones para este concepto propio de la Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0. En algunas de ellas se hace hincapié en las tecnologías empleadas, como Big Data, IIoT (Internet Industrial de las Cosas) o el análisis y modelado avanzado de datos.

También se especifican más objetivos de Smart Manufacturing, entre los que se encuentran la identificación de oportunidades, la automatización de procesos, la mejora de la productividad y la eficiencia, evaluación de fallos, adaptabilidad, capacidad de respuesta, escalabilidad, reciclabilidad, interoperabilidad, ciberseguridad y muchos más.

¿Qué tecnologías componen los procesos de Smart Manufacturing?

Para llevar a cabo operaciones propias de Smart Manufacturing, debemos contar con la inclusión de tecnologías que, a la vez que innovadoras, ya están asentadas en una gran mayoría de las industrias punteras en cada sector.

Según McKinsey, son 4 los pilares tecnológicos sobre los que se asientan este tipo de fábricas inteligentes o Smart Factory:

1. Conectividad, datos y poder computacional: aquí se incluye la sensorización de la planta, Internet de las Cosas (IoT) o IIoT, la tecnología en la nube (Cloud Computing) y Blockchain.
2. Analítica e inteligencia: aquí están el análisis avanzado de datos, Inteligencia Artificial, Machine Learning y Deep Learning.
3. Interacción humano-máquina: realidad virtual, realidad aumentada, robótica y automatización.
4. Ingeniería avanzada: en este apartado encontramos la fabricación aditiva (como la impresión 3D), las aplicaciones de energías renovables y el trabajo con nanopartículas.

Ventajas de Smart Manufacturing

Aunque ya hemos anticipado algunas de las ventajas que se consiguen aplicando Smart Manufacturing en la industria, vamos a recopilar todos estos beneficios en la siguiente lista para tenerlos más claros:

• Optimización de los recursos materiales y humanos de la empresa.
• Mayor productividad.
• Procesos más automatizados.
• Capacidad de adelantarse a situaciones futuras.
• Se incrementa la flexibilidad y la capacidad de respuesta ante imprevistos.
• Crecimiento del retorno de inversión (ROI).
• Reducción de las paradas no planificadas por fallos en los equipos gracias al mantenimiento predictivo o prescriptivo.
• Detección de oportunidades y tendencias no evidentes a no ser que se realice un análisis avanzado de datos.
• Mayores niveles de calidad en los productos.
• Controles de calidad más rápidos, fiables y automatizados.
• Detección precoz de la defectología durante la producción.
• Ahorro en el consumo de energía.
• Mayor seguridad para todos los trabajadores.
• Datos almacenados más fiables y actualizados.
• Posibilidad de generar un gemelo digital de las instalaciones para facilitar las decisiones de gestión.
• Menos tasa de errores en las distintas estrategias a tomar.
• Personal más motivado, dedicando su tiempo a tareas que aportan realmente valor y no son tediosas y repetitivas.

Cómo conseguir que tus procesos sean de Smart Manufacturing

Aunque se trata de un cambio que requiere de tiempo y recursos, podemos resumirlo en 4 etapas básicas:

1. Concienciación

Toda la empresa, desde la directiva hasta los operarios, deben ser conscientes de todos los beneficios que les trae Smart Manufacturing. Es normal y habitual el miedo al cambio, además de estar reticentes a adquirir nuevas habilidades cuando ya se tienen ciertos hábitos.

Sin embargo, todos deben saber que el esfuerzo merece la pena y que se verán ampliamente compensados. Aquí debemos tener claro que la digitalización debe orientarse en torno a las personas, para su bienestar, y no en las propias tecnologías per se. Por supuesto, descartar que las nuevas soluciones vayan a eliminar puestos de trabajo.

2. Estrategia

Tendremos que identificar las necesidades del proyecto, sus objetivos, los recursos con los que contamos, etc. Partiendo de este punto, comenzar a redactar un plan estratégico que nos permita hacer frente al cambio.

Debemos procurar que los objetivos sean de tipo SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales) para no caer en la frustración y que, finalmente, abandonemos nuestro cometido.

3. Definir equipos y tareas

Tomando como base el plan estratégico redactado y aprobado en la etapa anterior, vamos a materializar su contenido. Para ello, debemos definir con detalle las diferentes tareas, sus responsables, recursos necesarios y tiempos de ejecución.

La organización es clave en una transformación tan relevante para el futuro del negocio, por lo que no debemos dejar ningún cabo suelto.

4. Ejecución

Abarca el despliegue y puesta en marcha de las herramientas y soluciones que vamos a utilizar en nuestros procesos de fabricación inteligente. Aquí se encuentra la instalación de sensores, de centros de datos, cámaras de visión artificial, software de análisis de información y toda la infraestructura involucrada.

En este punto, puede que sea necesaria la intervención de agentes externos, como empresas especializadas en el desarrollo de estas soluciones. En otros casos, es posible que la fábrica cuente con profesionales con capacidades suficientes para hacerlo por ellos mismos.

Para ser una Smart Manufacturing, primero debes ser parte de la Industria 4.0

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