La Cuarta Revolución Industrial y su impacto en la producción
El sector de la industria sabe aprovechar como pocos las innovaciones tecnológicas que van surgiendo constantemente. Fruto de esto, hemos llegado ya a la Cuarta Revolución Industrial.
Pero… ¿sabes qué alcance tiene esta sobre la producción de las empresas manufactureras? En este artículo haremos un repaso de los principales cambios que ha supuesto.
¿Qué es la Cuarta Revolución Industrial?
La Cuarta Revolución Industrial, o Industria 4.0, se resume en la aplicación de las nuevas tecnologías en los procesos productivos. Mediante la misma, se fusionan los mundos físico, digital y biológico. A través de su cooperación, se abre un amplio abanico de nuevas posibilidades para el sector y, en consecuencia, para toda la sociedad.
Esto último es algo que debemos tener muy claro cuando hablamos de la Cuarta Revolución Industrial. Por mucho que esta se base en la aplicación de soluciones de inteligencia artificial, big data, machine learning, deep learning, robótica… las personas deben estar en el centro de este cambio.
La Industria 4.0 ha llegado para hacer más fácil la vida de las empresas y personas implicadas en el sector. Como resultado de esto, todos los ciudadanos obtienen un beneficio a partir de los productos y servicios ofrecidos, así como de los cambios en los modelos de producción.
Un ejemplo de esto último sería el mayor cuidado del medio ambiente al reducir desechos gracias a herramientas de inteligencia artificial para la detección precoz de la defectología. Lo que repercute positivamente en la salud de la población.
¿Cómo hemos llegado hasta la Cuarta Revolución Industrial?
La Cuarta Revolución Industrial es fruto de la evolución que lleva siglos experimentando el sector productivo. Podemos hacer un breve resumen de este camino recorrido:
- Primera Revolución Industrial (1784): con la invención de la máquina de vapor, se da el salto desde el trabajo manual hasta el realizado por estos equipos.
- Segunda Revolución Industrial (1870): llegó la electrificación y cambiaron las líneas de producción, dando lugar a la cadena de montaje. También hay que destacar el auge del ferrocarril y del telégrafo, que aceleraron el intercambio de conocimientos.
- Tercera Revolución Industrial o Revolución Digital (1969): marcada por el desarrollo de la informática y su adaptación, como con la automatización programada de operaciones.
¿Qué aporta esta Revolución Industrial a la producción?
Como hemos indicado anteriormente, la Cuarta Revolución Industrial se basa en el factor humano como centro de todo. Es por ello que para su éxito se debe romper con el característico miedo a lo desconocido, tan característico de nuestra especie.
La Industria 4.0 no ha venido para sustituir a las personas en sus puestos de trabajo. Al contrario, va a facilitar las tareas y, además, va a liberar a los trabajadores de tareas monótonas. Así, podrán dedicarse a otras más enriquecedoras para la propia industria, como para ellos mismos.
Este es un claro ejemplo del hecho de que la Cuarta Revolución Industrial tiene más que ver con la cadena de valor que con la cadena de suministro. Aunque, por supuesto, afecta considerable y positivamente a ambas.
Aparte de la automatización de tareas, la Cuarta Revolución Industrial abre la puerta a nuevos modelos de negocio, ya que hace posible la incorporación de nuevas funciones y servicios a través de las tecnologías emergentes.
¿Qué tecnologías están implicadas?
Por supuesto, uno de los principales aportes de la Cuarta Revolución Industrial a la producción es un conjunto de tecnologías que son la base de las soluciones propias de la Industria 4.0. Las más asentadas actualmente son:
- Big Data: nunca antes las fábricas habían generado tantos datos. Big Data surge para poder trabajar con grandes cantidades de información imposibles de procesar mediante los métodos tradicionales.
- Inteligencia artificial: hace que se extraigan conclusiones de valor a partir del análisis avanzado de los datos de producción. Unas deducciones de gran utilidad para optimizar y agilizar toda clase de operaciones. Sus algoritmos son capaces de aprender por ellos mismos conforme se van nutriendo de datos.
- IoT (Internet de las Cosas) e IIoT (Internet Industrial de las Cosas): los distintos sensores distribuidos por zonas claves de la planta recopilan información y la comparten entre ellos y con un sistema centralizado.
- Blockchain: grosso modo, registra las transacciones en varios ordenadores de una misma red, por lo que estas no se pueden manipular.
- Impresión 3D: facilita la fabricación de prototipos, herramientas y piezas, reduciendo costes y el tiempo de montaje.
- Location Intelligence: los datos geolocalizados, indoor y outdoor, han adquirido gran valor en la industria. Con estas soluciones se conoce la ubicación de los recursos materiales y humanos, los flujos de personas y activos y mucha más información útil, como la requerida para la optimización de rutas logísticas.
- Computación en la nube o Cloud Computing: contar con datos en la nube facilita la accesibilidad a estos, con total independencia horaria y geográfica. Además, así se optimiza su procesado y se asegura su protección frente a pérdidas o ataques malintencionados.
¿En qué aspectos de la producción impacta la Cuarta Revolución?
Sin duda, la Industria 4.0 influye íntegramente en la forma de afrontar las operaciones de producción. Hagamos un breve repaso de los principales aspectos implicados:
- Productividad: la automatización, el mayor cuidado de la maquinaria, las mejoras en el control de calidad y muchos más aspectos derivan en una creciente eficiencia generalizada.
- Mantenimiento de los equipos: las soluciones de mantenimiento predictivo son capaces de adelantarse a las averías, evitando paradas imprevistas y sus consecuentes pérdidas.
- Calidad: la vigilancia de las variables asociadas a la calidad se perfecciona mediante soluciones automáticas que, además de ganar en tiempo, eliminan el sesgo propio del ser humano, así como sus errores de criterio.
- Ahorro de costes: por supuesto, la reducción de productos defectuosos, de tiempos de inactividad, la elección del mejor momento para la recolección en el ámbito agroalimentario, la reducción del consumo energético y otros hechos impactan de una forma u otra en los costes de la empresa.
- Optimización de recursos: conocer como nunca antes todo lo que ocurre en la planta, incluso en tiempo real, supone un recurso de gran utilidad para poder planificar las tareas y distribuir mejor los activos.
- Gemelos digitales: si se tiene una versión digitalizada de tu fábrica, será más sencillo conocer sus puntos fuertes y débiles, saber dónde mejorar, así como el resultado que tendría aplicar ciertos cambios sin el mínimo riesgo.
- Trazabilidad: se dispone de un registro completo y digitalizado de todas las operaciones, tanto para la gestión propia de la fábrica inteligente (Smart Factory), como a la hora de identificar errores que pueden tener consecuencias muy negativas para el negocio.
- Seguridad sanitaria en el trabajo: mayor protección de los trabajadores, detectando conductas y elementos de riesgo que deben ser corregidas.
- Transporte y logística: permite optimizar las rutas de los vehículos, mejorar la gestión de los almacenes, así como las actividades interiores de la fábrica.
La Cuarta Revolución Industrial es ya una realidad en el sector, una tendencia que es más que una moda y a la que las empresas que no lo hayan hecho ya deben apuntarse, por su propia supervivencia.
La industria tradicional en la actualidad está transicionando a la Industria 4.0
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